Números

ES BUENO SABER QUE

·         Es obvio que el título responde a la presencia en el texto de dos censos del pueblo de Israel y a ciertas precisiones de orden cuantitativo relacionadas con los sacrificios y las ofrendas.

·         Lo escribió Moisés entre los años 1450 al 1410. La narración comienza con el pueblo en el desierto de Sinaí y termina con el pueblo en las planicies de Moab frente a Jericó (Números 1:1; 33:50)

DEBES LEERLO PARA

  • Saber lo que puede suceder cuando no confías en Dios (caps. 13–14)

  • Ver que los planes de Dios son buenos para ti (caps. 22–24)

  • Leer sobre la primera igualdad de los derechos de las mujeres (27: 1 – 11)

CURIOSIDADES

  • Imagina más de dos millones de personas vagando por el desierto de Sahara en África. Este es el número de israelitas que algunos estudiosos creen, salieron de Egipto y deambularon por el desierto, de acuerdo a los datos de Núm 1: 45, 46

  • Si a veces las sobras de comida te saturan luego de una fiesta en tu casa, imagina si sobran 180 pollos asados[1]. Esa es la cantidad aproximada de codornices que cada israelita juntó luego de reclamar que Dios no les había dado carne en el desierto. No es de admirar que todos quedaron enfermos (Num 11: 31-32)

POR DETRÁS DE BAMBALINAS

  • El libro recibe su nombre del censo realizado al inicio y al final del libro. Pero su nombre original hebreo “En el desierto” es más apropiado.

  • El libro cuenta la historia de un pueblo que había sido liberado de la esclavitud de Egipto e iba en dirección a la tierra prometida, 40 años difíciles vagando en el desierto caluroso y hostil.

DEVOCIONAL: UN PLAN PARA TU VIDA

Texto: Números 21: 4-9
Lee más: Job 19: 23-27; Romanos 8:31-39

Si había algo que a Adriana le gustaba era la vida. Estaba de novia y pensaba casarse en poco tiempo más. Pero, comenzó a tener problemas con su rodilla izquierda lo que le dificultaba caminar. Como no sentía alivio para su mal, fue al médico.

No podía creer lo que le habían detectado: un sarcoma, extraño tumor maligno. Para salvar su vida necesitaban amputarle la pierna y luego tratarla con quimioterapia, un agresivo tratamiento que duraría varios meses.

¿Amputar? La noticia se esparció rápidamente por la escuela y por el barrio de Adriana. Si había algo que no le gustaba era llamar la atención de otros, pero ahora se convirtió, sin proponérselo, en centro de todas las miradas curiosas. ¿Será que Dios me está castigando? Pensaba ella con bastante indignación. ¿Qué hice yo para merecer semejante cosa?

Por más que el centellograma confirmaba que el cáncer no había avanzado hacia el cuerpo, no salía de su mente la remota posibilidad de que eso ya hubiera ocurrido. En medio de sus cavilaciones ella pensaba: “Si Dios no me está castigando, entonces tiene un plan especial para mi vida”.

La nueva forma de ver las cosas, permitió que ella enfrentase con valentía andar algunas semanas con una sola pierna mientras la herida se cicatrizaba para luego colocar la prótesis. En el proceso de recuperación, su timidez desapareció al responder las preguntas de los amigos y curiosos.

Al poco tiempo, ella estaba manejando de nuevo y volvió a trabajar normalmente como encargada de compras en la metalúrgica del papá. Los que no sabían del problema ni siquiera percibían la dificultad que ella enfrentaba.

Al igual que Adriana, los israelitas enfrentaron una situación bastante desalentadora. Lee en Números 6: 22–27 para saber cómo ellos reaccionaron ante el desánimo.

INTERACTUANDO

  • ¿De qué forma se parecen las preguntas de Adriana con la de los israelitas? ¿Cómo Dios proveyó de esperanza en momentos de desánimo?

  • Cuando estás desanimado ¿cómo pueden ayudarte estos textos para cambiar de actitud?

INTEGRANDO

  • Haz una lista de motivos de desánimo, luego toma un bolígrafo y escribe sobre cada uno de ellos: “Pero Dios…” mostrando cómo él puede ayudarte en esos momentos.

  • Pide ayuda a papá, a mamá o a un amigo cuando tu desánimo es muy grande.

TOUR BÍBLICO: Números 5, 9, 11, 12, 13, 16, 31

 


[1] Más de 3,5 metros cúbicos de carne (Biblia Anotada, Pág. 200)